En el campo de la aerodinámica se destaca la forma general de la carrocería que, partiendo de una configuración de reverse trike, tiende naturalmente a tomar la forma de una “gota de agua”.
Por sus características geométricas, esta forma se torna muy ventajosa en términos aerodinámicos, por lo tanto, permite obtener valores de coeficiente de arrastre y de elevación muy buenos.
Esta filosofía, adoptada por ejemplo en las alas de los aviones, permite crear una sección posterior más estrecha, obteniendo un flujo más lineal en toda la carrocería, disminuyendo las zonas de turbulencia.